A menudo, los hechos reales superan los relatos de fcción. Esta historia en particular es uno de ellos. Granada, 1962. Julia Guzmán, con apenas 17 años, conoce a don Manuel, confesor de su madre y coadjutor de la Iglesia del Santo Sacrifcio. La muchacha, una joven acomplejada e ignorante, no tarda en caer en los brazos del religioso que la seduce, enamora, embaraza y promete casamiento. Paralelamente, el sacerdote intima con la esposa de un rico paciente de la Clínica donde ejerce de capellán. Don Manuel no tiene empacho en compartir lecho con ambas y dejarlas embarazadas con escasos días de diferencia. El lascivo hombre de iglesia tampoco duda en casarse con Ernestina cuando ésta enviuda, mientras Julia, ciega de amor, es sibilinamente engañada haciéndole creer que Manuel se encuentra en las Misiones. Soltera y madre de una niña, su vida se convierte en un calvario del cual no sabe cómo salir. Repudiada por su familia y por la sociedad no encuentra más opción que casarse con su jefe, un homosexual perseguido por la policía, para legalizar a su hija y darle un apellido. Pero Manuel vuelve. Incapaz de olvidarla, regresa.
¿Cómo se enfrentará Julia a este nuevo desafío? ¿Caerá de nuevo en los brazos del exreligioso? Una apasionante historia llena de emoción y ternura, también de dureza, que merecía ser contada.