Una niña de 11 años escribió esta historia hace treinta. Lo ha escrito una mano infantil, ahora lo lee su hijo (aprendiendo a leer) y su hija (que ya escribe dedicatorias y cartas con 8 años).
Se conserva el escrito original a rotulador, el cual se ha transcrito tal cual. Apareció en mayo de 2017, entre fotos en blanco y negro que durante todo este tiempo conservó su madrina.
En su infancia en Cádiz, sus padres solían comprar unos libros que tenía que compartir con sus hermanos, con los que se ponía de acuerdo en la elección. En aquellos años no importaba gastar en educación, era importante una base sólida.
Todavía acuden a la misma librería, que aún permanece abierta. En la época, era popular una colección de intriga, por ello que la historia sea de suspense.