En un pequeño pueblo de Andalucía se vive la Semana Santa de una manera muy singular. Es el tiempo de las fiestas, el de la cultura y el de la religiosidad. Y todo ello constituyendo una mezcla indivisible de alegría y dolor que difícilmente podría entenderse fuera de las imaginarias murallas locales. Y en este contexto sucedieron, no importa en qué año, unos acontecimientos que vinieron a trastocar en cierto modo las conmemoraciones multiformes de los lugareños. Un robo frustrado, una extorsión que acobarda a una pareja de carpinteros, un incendiario que huye a las montañas tras provocar un horroroso siniestro, amores tardíos, amores rotos, lluvias de tormenta que obligan a suspender alguna procesión… El pueblo sigue con su Semana Mayor, quizás dando un poco de lado a tanta catástrofe, pero varios personajes cambian por completo sus vidas en el corto espacio que va del Miércoles al Sábado Santo.