Su único deber era entregar el informe del mes en curso al delegado Guillem de la Rossa, sin embargo, Alberto no pudo evitar tan peculiar sentimiento al toparse, de entre tantos cuadros dentro de la oficina del hombre, con uno en especial, el retrato de una mujer.
¿Qué tanto puede intervenir en realidad el poder de la mente en nuestra vida? Pronto esta compleja situación toma mayor relevancia luego que Alberto acude ante su jefe, Napoleón Montalvo, uno de los psicólogos más influyentes dentro de la ciudad de Altagracia, pidiendo ayuda ante una extraña problemática que parece ha surgido de ningún lado, y es que ahora declara tener sueños fuera de lo común, sueños entrelazados y tan convincentes que, por un momento, quizá pueden dejar de serlo.
Más de una persona termina envuelta en este suceso sin precedentes, más de una historia y circunstancia en torno a la calamidad que al final parece amenazar mucho más que la cordura y estabilidad de Alberto.
El sueño se volverá pesadilla con el correr de las noches al reconocer en cada sueño a una mujer, una misma mujer cuyos rasgos parece recordar de algún lado. ¿Quién es ella en realidad?