Glenda, una chica normal, cuya vida queda marcada tras sufrir bullying en su etapa de instituto, se tiene que enfrentar a dejar pasar lo que había soñado
ser y a lo que había soñado dedicarse en su vida.
Encerrándose en sí misma, no logra confiar en nadie y solo cuenta con el apoyo de su hermana mayor Clementine, y no echa el valor necesario para plantarle cara al «Clan de Mónica». En cuanto a relaciones, la desconfianza no le permite creer en nadie ni le permite hacerse con un grupo nutrido de amigas.
Dedicada a un oficio que no le da muchas alegrías, decide dejarlo todo un buen día, antes de que tengan el placer de echarla por recomendación de un nuevo consultor que apenas ve de espaldas y que le provoca una bocanada de aire que nunca había experimentado.
Tras ese cese en su primer trabajo después de su diplomatura en Marketing, encuentra un empleo en un bufete de abogados, a la par que cree encontrar el amor en una persona maravillosa que, a pesar de haberlo pasado sentimentalmente mal, le brinda lo mejor de su vida y le hace creer en el amor.
Pero aparece alguien que trastocará su vida por completo, en ese momento en que parece irle todo bien en el trabajo, en las relaciones sociales y el amor.
Marco y Matt. Matt y Marco. Los dos nombres que hacen a Glenda ser la protagonista. En ese momento comienza un periplo de lo que puede, debe o quiere hacer, ya que por diversas casualidades empieza a caerse ese castillo de naipes cuyo final está aún por descubrir.