Año 1680. La Inquisición española lleva a cabo el auto de fe más grande de toda su historia, y también el mejor documentado.

El arquitecto Joseph del Olmo, por orden del rey Carlos II, debe encargarse de las obras que se llevan a cabo en la Plaza Mayor de Madrid para realizar el evento. Hombre metódico, anota fechas, nombres, apellidos, procedencias, oficios, delitos, condenas, cargos, jueces… todo lo referente al proceso, absolutamente todo, y lo publica en un libro que recoge al detalle lo sucedido:

«Relación histórica del Auto de Fe celebrado en Madrid»

Sin embargo, en la exhaustiva lista con las identidades de los acusados algo no encaja. El mismo Joseph del Olmo describe que el número de ejecutados es mayor al de condenados en el juicio.

Aquel 30 de junio de 1680 ardieron en la hoguera dos personas cuyos nombres no figuraban en la lista. Alguien les puso el sambenito, la coroza y el bozal de los herejes y cometió un crimen perfecto, asesinando a dos hombres a la vista de todo Madrid. Y este crimen no sería el único…

La Montaña de Dios, una novela basada en hechos históricos y personajes reales, que vivieron a la sombra de los grandes nobles y reyes que aparecen en los libros y en los cuadros. Sus nombres no serán recordados por la historia, pero sus vidas anónimas ayudaron a construirla.

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