Kendrew McLean, un joven escocés del siglo XVIII, se ve envuelto en los avatares más convulsos de su época.
Cuando todavía era un niño fue testigo de la cruel represión inglesa desplegada por el Duque de Cumberland tras la derrota de los escoceses en Culloden dando fin a las aspiraciones jacobitas y, con ellas, a las raíces de la cultura de todo un pueblo. Con diecisiete años se embarca en la aventura de las colonias de Norteamérica y desembarca en Boston en 1752 iniciando su nueva vida en la granja de su tío donde conoce a su gran amor y, a la vez, la angustia de una cruel separación nuevamente instigada por el poder británico. Su mujer es detenida y trasladada a uno de los fuertes a orillas del lago Ontario de donde, escoltada por un par de rufianes, es trasladada a un destino desconocido. Kendrew, en medio del conflicto bélico que representó la guerra franco-india, sigue el rastro de su mujer. Declarado proscrito sufre las penalidades de un cautiverio a manos de un vengativo oficial británico.
Huido de su encierro, se oculta entre los indios oneida esquivando a sus perseguidores hasta 1776 que, descubierto por la justicia inglesa, ha de abandonar su refugio sin otra salida que la de unirse a los secesionistas en lucha contra los británicos.
En su nueva aventura participa en los eventos más importantes que dieron como fruto el nacimiento de los Estados Unidos.
La vida de Kendrew McLean es una lucha constante contra la impunidad de los poderosos y la conquista de la libertad, que nunca es gratis.