Tras los acontecimientos acaecidos en El Risco, una pequeña aldea en lo más apartado de los acantilados de Kobarón, Leay, al borde de la muerte, despierta de un coma contra todo pronóstico. Mientras se esfuerza sobremanera en recuperar lo que fue su vida, solo tiene un objetivo en mente: dar con el paradero de su hija, que fue secuestrada justo después de nacer.
Por su parte, Tobías, tras descubrir los macabros entresijos de La Orden, queda enredado en una permanente espiral de extorsión y chantaje hacia su familia, forzándolo a trabajar para ellos.
Con el ansiado grimorio en paradero desconocido, el tiempo se vuelve juez, jurado y verdugo para unos protagonistas que, al margen de sus principios, se verán abocados a tomar decisiones que afectarán a sus vidas y a la de sus seres queridos.
No obstante, La Orden, un grupúsculo de personas poderosas ancladas ideológicamente en el nacionalsocialismo de los años cuarenta, ha dejado patente su falta de escrúpulos para hacerse con el grimorio. Sus miembros harán todo lo que sea necesario para conseguirlo, y no parece haber nada ni nadie capaz de detenerlos.
Comienza la cuenta atrás y apenas queda tiempo. Leay y Tobías tendrán que demostrarse a sí mismos que están a la altura de semejante amenaza y obrar en consecuencia.