Quiero hacer de esta obra un viaje contigo. Que surquemos juntos las profundidades de los mares, escalemos las montañas y emprendamos el vuelo hasta alturas insospechadas. Quiero estar a tu lado, paso a paso, a través de las palabras que te ofrezco en estas páginas y puedan llegar a tocar tu alma. Quiero que estés dispuesto a disfrutar del trayecto, poniendo especial atención a los paisajes que nos encontremos y, en sus respectivas paradas, hacer el merecido descanso en las estancias del análisis y la alentadora reflexión.
¿Nos sentimos bien con nosotros mismos? ¿Somos felices en el mundo que vivimos? ¿Eres feliz con la persona que amas y que pueda estar en tu proyecto de vida? Hagamos este recorrido que nos permita dilucidar estas dudas y otras probables cuestiones similares.
Este es un periplo con cuarenta escalas por la naturaleza del ser y cuyo destino final sugiere el encuentro contigo, con tu realidad y con dependencia del consentimiento que puedas darte para aceptar el desafío que exhorta a la modificación de lo que vayas descubriendo dentro en ti. El cometido a cumplir está trazado, y los pasos, en mi compañía, son de tu incumbencia, plena responsabilidad e iniciativa propia.
¿Cuál es el concepto que tienes del amor? ¿Amar es sufrir, sentir dolor o significa ser feliz? Sin duda estas serían las razonables preguntas previas a un incipiente lazo afectivo.
Recordemos que en una relación pueden darse altibajos (nadie es perfecto), pero no olvidemos que somos individuos con las capacidades innatas de aprender y perfilarnos a la excelencia.
Aprendamos a amar y que esto no signifique sumirnos en tristezas y tampoco permitir el dolor. Que el amor, acompañado de otra persona, esté orientado a vivir sanamente feliz.