Tony, un joven burgalés, nos cuenta, de forma discontinua (alternando flashbacks y presente), su vida marcada por una enfermedad congénita y nos invita a reflexionar sobre la condición de las personas con discapacidad.
Debido a la muerte de su madre y a la ausencia de su padre, vive sus primeros años al amparo de sus abuelos. La inexorable evolución del mal padecido le ata, de por vida, a una silla de ruedas de la que dependerá en todo momento.
Es Vero, una joven y excelente violinista, quien cambia su vida y su forma de verla, con su personalidad y entereza. Entre ellos nace el amor, y lo viven de forma apasionada. Pronto surgen las dificultades, y cuando ese amor parece perdido o imposible, otra enfermedad lo recupera, permitiendo su triunfo definitivo, incluso más allá de la tristeza.
Almas de Plata no se queda en el efecto narrativo de la desdicha individual, sino que ahonda en una sincera reflexión sobre la propia discapacidad. Desde esta dimensión hay que entender y responder la pregunta final.