Abarcando el periodo entre 1920 y 1962, relata la vida de cuatro jóvenes emigrantes españoles a Filipinas dentro del contexto histórico que se vivió en ese país en esos años: la influencia americana, el desarrollo político autonómico nacional, la Segunda Guerra Mundial, la ocupación Japonesa, la independencia y, finalmente, la ola de nacionalismo que transformó el país para los españoles. Los cuatro jóvenes, ficticios éstos, representan en gran medida la emigración española a Filipinas en los años 20. Dos de ellos, contratados por Tabacos de Filipinas, con diferencia la mayor empresa de Filipinas; otro es un joven que, para evitar ser reclutado para la guerra de África, es reclamado por su tío, fraile recoleto navarro desde la isla de Negros; el cuarto aprovecha que el transporte donde va a embarcar rumbo a África coincide en el puerto de Barcelona con el barco que va a llevar a Manila a los otros tres para desertar y unirse a la aventura. El relato describe el efecto que el desarrollo político y económico de Filipinas tras la Segunda Guerra Mundial tuvo sobre sus vidas; cómo se labraron su futuro dentro de ese contexto y cómo la suerte y el carácter de cada uno lleva hacia el éxito o el fracaso. A su manera y según cada uno entendía las costumbres filipinas, fundaron sus familias sin olvidar las que tenían en España. Durante todo el relato, aunque cada uno se desarrolla profesionalmente en diferentes sectores e incluso zonas geográficas distintas, mantienen esa relación tan especial que se fraguó entre los cuatro en la larga travesía a través del Índico y el Mar de la China hasta Filipinas. La novela termina en febrero del 62 cuando sus vidas se transforman por tres acontecimientos muy lejanos geográficamente entre sí y de muy distinto signo. Una decisión tomada en la Casa Blanca, la naturaleza desatada fieramente en el Pacífico – ¡qué ironía el nombre! – que barre Filipinas y el regreso a la Patria.