El libro cuenta las historias reales de lo sucedido a veintiocho personas de SAUCELLE, que a punto estuvieron de ser ejecutadas por la aparición de un letrero, escrito con un trozo de teja colorada en una peña entre el 20 y 25 de diciembre de 1937, que ponía «VIVA EL COMUNISMO».
La intervención del teniente de la guardia civil, Manuel Herrero Reyes, haciéndose responsable de que los hombres llegaran vivos a la Prisión Provincial de Salamanca, enfrentándose a los jefes falangistas y milicianos, desplazados al pueblo para su detención (los cuales llegaron con la orden de ejecutarlos por el camino) evitó la masacre y que se quedaran huérfanos ochenta y dos niños y sus madres viudas.
El mismo letrero de «VIVA EL COMUNISMO», este escrito con tiza blanca, apareció en las puertas de madera de un corral de BARRUECOPARDO, en la noche del 20 al 21 de enero de 1938. Teniendo como consecuencia que doce hombres y una mujer fueran detenidos e ingresados en la prisión comarcal de Vitigudino (de entre ellos tenía que salir el autor del tal escrito). Ignacia, la mujer de Nicolás, uno de los médicos del pueblo (también detenido) y el maestro Marcial fueron conducidos a la Prisión Provincial de Salamanca, donde fueron procesados.