“El músculo de la oscuridad es fuerte / como nada y, como la nada, / es inmensurable y perpetua, / blanca, a pesar de sus tajantes negros.” ¿Y quién no ha sucumbido nunca a esa ignota oscuridad que nos alumbra con su misterio? Así, en este libro, como su nombre indica, el autor indaga y hurga a conciencia en sus retratos más sombríos, escudriñando sus abismos a fin de comprenderse y plasmar esa latente sombra en los versos que contiene. Entre palabras se muestra el espejo, ese reflejo temido que nos dice qué somos y debemos aceptar, a veces a regañadientes; ese otro, ese yo con el que “juntos, somos la injusta balanza / que mecen las lágrimas / cuyo uso es medir el peso / del corazón henchido por las mismas.” De este modo, se invita al lector a recorrer este paraje oscuro de reflejos, en donde él mismo puede reflejarse, acompañando el camino con el prólogo y el poético epílogo de Arnau Dardalló i Sequera y las precisas ilustraciones de Aitor “freeman” Rodríguez, que, en conjunto, ungen con un siniestro halo de lucidez e inquietudes los Retratos Sombríos de Sergi García Lorente. “Es extraño escuchar el sigiloso susurro de un espejo roto y del propio reflejo aún más roto…”