«El motor de la verdad sigue siendo el saber que dice, que habla y que escucha que de lo que no es reside la negación de lo que a uno mismo le hace, le crea y genera para que su sujeto en su ser interior aprenda lo que es de la vida el ser, y de la muerte de él el saber».
“Sein des Kreises bedeutet, dass das Leben kehrt und dass der Tod ewig im kreisenden Wissen will. Es gebt nichts, dass es nicht lebt, sogar wenn es tot ist, weil es immer ist und ein Wissen entfaltet. Aus dem Lied des Wissens ist deswegen das Sein zum Glauben oder zum Denken, zum Verkünsten oder zum Sprechen bestimmt, egal was es wille“.
En los principios de todo ser, existen las leyes de un saber, que hace de todo lo que es, que sea precisamente eso y no otra cosa. De ahí surge el Genio, pero no como figura de ideas únicas y privilegiadas, sino de sentimientos, en los que su saber se encuentra inmerso y, de alguna manera, esclavizado y sujeto a lo que ver, percibir o pensar, que hagan que el principio exista, viva y recree, y que en su finalidad persista la verdad de todo querer. De esta manera son contempladas la verdad de lo que hace ser y el saber de lo que noes, es decir, el tiempo en el que una razón tiene sentido y llega a tener su razón de ser. Así son recogidas aquí, sabiduría de un viejo arte, como la palabra de lo que la vida imparte. Esa es la mención aquí expuesta.