Aunque Dani comprendía las razones, sus padres celebraban el veinticinco aniversario de boda, no le hizo nada feliz saber que estos habían decidido irse solos de viaje y que él pasaría aquellos días en el chalé que sus tíos tenían en la costa. Lejos estaba entonces de adivinar que aquellas vacaciones iban a cambiar su vida, porque en su transcurso descubría el amor, los celos y finalmente que es un grave error juzgar a una persona por la primera impresión que nos causa. Esto último lo descubrirá con Sandra y al mismo tiempo que ella, que comprueba también lo peligroso que resulta a veces jugar a la seducción.
Todo ello enmarcado en dos ciudades imaginarias y retratando en las tramas secundarias una sociedad similar a la nuestra en sus virtudes y defectos.