Tierras de nadie es una recopilación de historias que el tiempo y la indiferencia han ido dejando arrinconadas en el trastero de la memoria: desde el coche de un muerto hasta un museo que entierra
sus obras de arte, el único requisito para que el autor escriba sobre algo es quedar atrapado en la trama. Paralelamente, destinos digamos «clásicos» han sido reinterpretados con una mirada inconformista,
sarcástica y en todo caso siempre curiosa, huyendo de las ambigüedades de un viaje explicado con vocecita de navegador GPS.
Todo ello, explicado en breves capítulos que disparan microhistorias como una ficticia ametralladora literaria… ¡Ah! Y no te fíes de las motos que aparecen tanto en la portada como en las páginas interiores: esto no acaba de ser un «libro motero», pero sin la moto hubiera sido imposible engendrarlo. Si después de leer este libro sientes que te han tomado el pelo, espera al autor en un arcén cualquiera
con un palo en la mano, tarde o temprano aparecerá; si por el contrario te gusta la obra, recuerda que puedes adquirir Historias Mínimas, ópera prima de este tipo que se autoproclama «escritorzuelo sobrevalorado» y que sigue la misma cuerda.