En el año 1775 estalló la mayor de las insurrecciones coloniales de la historia contra un imperio, la de las trece colonias británicas de América del Norte. La isla de Menorca, en el centro del Mediterráneo Occidental y también súbdita de la Gran Bretaña desde 1713, poco tendría que ver con un conflicto que se estaba dirimiendo en el otro extremo del Atlántico. No obstante, los avatares de la guerra implicaron a los menorquines cuando Francia y España declararon la guerra a los británicos el 1778.
Un conflicto lejano pasó a dirimirse en el mismísimo mar Mediterráneo y Menorca, junto con Gibraltar, se convirtieron en los pivotes británicos de aquellas pequeñas y hostiles aguas. Exentos por derecho foral de cualquier tipo de servicio militar, los menorquines lucharon embarcados en multitud de pequeños buques armados en corso. Es precisamente en este libro donde se nos darán a conocer las apasionantes historias de aquellos intrépidos corsarios de Menorca en un mar infestado de enemigos a batir.