En la necrológica de Manuel Cervera Pomer pone: teniente del ejército de la República. En posesión de la medalla al valor. Siempre repitió que su vida se acabó cuando perdió la guerra. Lo que no es verdad. Pero él se lo creía. Manuel Cervera Pomer nace en Casinos en 1915 en el seno de una familia de profesores ligados a la universidad. En 1931 saluda alborozado el advenimiento de la República y en 1936 con el antidemocrático, cruel y fascista golpe de Estado se incorpora al ejército de la República con veintiún años.
Dos años después, siendo teniente, tras la retirada, es confinado en el Campo de Argelés.
Regresa a España y es encerrado en un campo de concentración de Bilbao, y al salir solo encuentra trabajos de muy baja calidad. Es un rojo. Se casó en 1943 con Victoria Carbonell Blanes cuando su esposa cumplió la mayoría de edad, ya que era huérfana de ambos padres y tuvo cuatro hijos.
«Mis hijos irán a la universidad», repetía sin descanso, y durante la década prodigiosa empezó a ganar dinero y bienestar con un trabajo que no era el suyo, pero que fue el único que pudo conseguir.
A los sesenta y cinco años volvió a la universidad y se hizo investigador, recorriendo archivos y bibliotecas de media España. Antes de los sesenta años, enfermó de cáncer,
pero murió a los ochenta y dos de otra cosa. Es verdad. Tenía mucho éxito con las mujeres.