Una novela de intriga psicológica nos entrega Alberto Fernández Jimeno, un autor que conjuga a la perfección el lenguaje literario con la técnica cinematográfica. Ambientada en el Madrid de comienzos del siglo XXI, la saga se inicia con una misteriosa carta, que dará pie a una historia trepidante y llena de personajes curiosos y extravagantes. Cada uno de ellos abrirá su corazón y nos desvelará sus raíces y motivaciones más profundas. El autor cala en la interioridad de estos seres en la desesperada búsqueda del amor. Todos ellos tienen un pasado que dejó sus huellas, de manera que cada acto realizado es un eco de su biografía personal. Más que presentarnos un thriller muy bien llevado, interesa la introspección de sus personajes dibujados a través de las cartas, correos electrónicos y diálogos intrigantes.
Esta novela moderna, diseñada a través de un pastiche de técnicas y estilos, rinde culto a lo mejor del cine de suspense terrorífico. Cada uno de los sucesivos crímenes va en ritmo progresivo, jugando con el lector en una trama de engaños muy bien urdidos. Poco a poco, los naipes caerán mostrándonos la verdad.
La octava Ana recuerda el ritmo acelerado de las películas de Brian De Palma o las novelas alucinantes y aterradoras de Bret Easton Ellis, como American Psycho, en las que se mezclan la morbosidad terrorífica con la evasión. El lector adicto a este género disfrutará ampliamente con esta novela que se recrea en la descripción de ambientes tan castizos como el Parque del Retiro. La suavidad de su paisaje puede esconder, como en las mejores películas de Hitchcock, una historia de horror.