Me vienen a la memoria unas palabras del periodista y escritor taurino José Luis Ramón, refiriéndose a los libros. Según él hay libros necesarios, hay libros útiles, también hay libros oportunos y hay libros que cumplen con todos esos cometidos a la vez. Ustedes decidirán en qué categoría está este. Yo, sinceramente, no me atrevo a opinar, pero sí afirmo que el presente libro trata de sueños e ilusiones y por ese motivo elegí el título,
quizás un tanto largo: De Ilusión y Oro. ¿Sueños cumplidos o Ilusiones frustradas? Matadores de toros del siglo XXI (2001-2018). Evidentemente, el título De ilusión y Oro hace alusión a que indistintamente del color del vestido que elija cada novillero para debutar en público, luego con los del castoreño o para tomar la alternativa, lo cierto es que todos van revestidos De ilusión y Oro, porque el toreo es más pasión y locura que cordura.
¿Y quién puede prohibir o legislar que una persona no pueda cumplir su sueño de verse matador de toros, aunque solo sea por un día, siempre que reúna las condiciones requeridas? Nadie. Indistintamente de la edad que tenga el toricantano. Un ejemplo lo tenemos en Pepe Mayor, que con 47 años, para el torero, ese hecho careció de importancia, porque «Las ilusiones no tienen edad. Las ilusiones y las pasiones son las que mueven el mundo», confesó el diestro.
Igual debió pensar Sánchez Vázquez, sobrino del que fuera matador de toros Rafael Llorente, que se doctoró con 60 años y cumplió su sueño.
Pero no es el único caso que podrán encontrar los lectores en este libro. Juan Ramón Romero dio la clave de esa necesidad de doctorarse:
«Porque a veces uno tiene deudas pendientes consigo mismo. Y yo tenía una deuda pendiente con Juan Ramón, que ha dedicado toda su vida al toro desde un punto de vista romántico y, claro, a mis años, decidí que tenía que saldar esa deuda. No se puede ir uno al otro “barrio” sin haber terminado las cosas que empezó».