Tal vez lo hacemos sin pensar, dejándonos llevar por el placer de alzar desafiantes el estandarte de la libertad. Tal vez simplemente hemos nacido con ella y damos por hecho que nos acompañará siempre a cualquier parte. Laura también lo creyó. No quiso preguntarse si el árbol de lágrimas escondía sus raíces al ver secar sus hojas. Creció, maduró y decidió llevar a cabo el proyecto que dio sentido a su vida, intentando desprenderse de un pasado que siempre la esperó un paso por delante.
Lazos de luz, la segunda parte de Sombras de niebla, narra la historia de una mujer que fue vistiendo su vida con emociones de olvido y recuerdo, sin darse cuenta de que fue la misma libertad quien pidió a la justicia que vendara sus ojos; quizás para que al cegarla no pudiera contemplar el destello de las vivencias que la mermaban poco a poco.
Laura, Talía, Ester y Elvira, cuatro mujeres dispuestas a ir más allá de la ley para erradicar la violencia de género de una sociedad, a veces ciega, a veces sorda, a veces más dispuesta a denunciar tragedias que a afrontarlas con entereza.