«Adolescencia» como estado significa la posibilidad de aceptar puntos de vista nuevos, posibilidad de desprenderse de los prejuicios instalados en la infancia (de la razón) por la sociedad de adultos, posibilidad de repensar aún las propias creencias y de adherirse a una filosofía de la sospecha.
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No es en realidad un libro de divulgación, la intención es más bien la de hacer una investigación, junto al hipotético lector, de aquellos temas de filosofía y ciencia que puedan tener interés directo para situar esas preguntas que, sin ser de carácter práctico, excitan la curiosidad natural del ser humano e incluso atormentan la existencia de algunas personas.
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La filosofía nace del asombro y se alimenta de la duda: camino tortuoso y sin fin en que hay que adentrarse para averiguar, al menos, qué es lo que no somos y dónde no estamos.
A. J. Sanmiguel