Los primeros versos que escribió, le salieron por necesidad: “A cada persona se la quiere de forma distinta/no con otra cantidad/ sino con otra tinta.” Tendría unos siete años y pretendía así responder a la recurrente pregunta de sus padres sobre a cuál más quería. Mientras cursa periodismo gana su primer concurso de poemas y realiza alguna colaboración en prensa. Poco después de nacer su hija Vera, nace también su cuento infantil “El peso de la corona”. Desplazada por su entorno de trabajos relacionados con el mundo de las letras, y ya entrada en la treintena, alguien la acerca. Le brinda el apoyo que necesita para constituir GEMA juegos y palabras, una empresa que combina lo que más le atrae en la vida. Esta persona es Nayo, en quien Gema ampara hoy cada resolución escrita a mano.