El autor narra la historia verdadera de Mateo, un joven en plena actividad, inquieto y polifacético que muestra siempre su afán por ayudar a los demás, incluso en los momentos más ásperos de su vida. Por circunstancias ajenas a él o, mejor dicho, sin culpa ninguna, se ve envuelto en diferentes circunstancias de su vida en las artimañas policiales que lo llevan a privar de libertad.
Debido a ser una persona que llama la atención por su forma de ser y salir de la cotidianidad de la generalidad, es sospechoso en los diferentes momentos que lo apresan. Aunque Mateo actúa de forma anómala, siempre lo hace para bien y nunca es malvado su actuar. Sin embargo, eso lo lleva al punto de mira de los que en teoría buscan perseguir el mal. Sin motivo moral ninguno y con irregularidades repletas en el proceder policial e incluso judicial, llevan a Mateo a ser encerrado en la cárcel acusado de ser jefe de una red internacional de tráfico y saqueos de piezas arqueológicas de diferentes partes del mundo. La inocencia probada de Mateo no le restó daño a lo que supone privar de libertad a un inocente y arrojarlo en la prisión sin los más mínimos derechos que la ley le ofrece. De forma veraz y contrastada, se expone la verdad de lo que es llevar a un inocente a la cárcel, para ganar unas dietas, colgarse unas medallas, un ascenso, la ceguera obsesiva de su trabajo o simplemente negligencia. ¿Pretendemos que la justicia sea justa?
Tengo dudas al respecto.