Para que nuestros hijos y alumnos adolescentes “aprendan a ser”, pilar fundamental de la educación para el siglo XXI, según Delors, es preciso que quienes tenemos la responsabilidad de educarles, conozcamos los aspectos que favorecerían en ellos un adecuado afianzamiento personal y un conveniente desarrollo social.
Tal y como rezaba el slogan de la FAD (Fundación de Ayuda contra la Drogadicción) del año 2002: “La educación lo es todo”, creemos que sólo a través de una educación pensada, honesta y comprometida con la salud, es posible alcanzar objetivos que fortalezcan al individuo e incluso a la propia sociedad, tan débil hoy, de cara a las adicciones. Esta sociedad española que directa o indirectamente ha permitido la barbaridad de que nuestros jóvenes consuman a edades tempranas y que no sepan divertirse si no es en compañía del alcohol, la que ha banalizado y potenciado a su vez el consumo de sustancias adictivas como la marihuana o la cocaína; la que legisla para reducir el consumo de tabaco o alcohol por su elevado coste sanitario pero mantiene los ingresos derivados de su venta legal, o la que lucha contra la oferta de drogas pero paralela e implícitamente defiende fórmulas de ocio donde estas sustancias están muy presentes.
Ha llegado el momento de que los educadores en general, y también los padres lo son, tomen las riendas de la educación de sus hijos y alumnos, pues las condiciones de nuestra sociedad actual están creando ya demasiados problemas en el seno de muchas familias y centros educativos españoles; imponiendo un ritmo equivocado que está teniendo serios costes personales, familiares y sociales. Somos nosotros quienes desde el análisis tranquilo de la situación y el conocimiento de los afortunadamente hoy numerosos programas de prevención de consumo, debemos pasar a un estadio activo y de compromiso; ¿cómo? Redefiniendo las relaciones con nuestros hijos y educándoles en la responsabilidad y otros valores incompatibles con lo descrito arriba; también solicitando en nuestros centros educativos la implantación de éste u otro tipo de programas preventivos, y que estos se hagan permanentes en el centro.
Educar para la salud con garantías, esto es, con programas sistematizados y evaluables, no debería ser una opción en la enseñanza obligatoria, tal y como hoy lo es, desgraciadamente.
El presente programa es algo más que una serie de actividades para la prevención, es sin duda una propuesta viable para que nuestros hijos y alumnos, a edades tempranas y en el ámbito de una acción tutorial responsable, puedan “aprender a ser, a conocer, a hacer y a vivir con los demás”; pilares de la educación para el siglo XXI, recogidos por Jacques Delors y otros en el informe de la Comisión Internacional de la UE para la UNESCO: “la Educación encierra un tesoro”. Publicado en 1996.