Esta es la tercera parte de la saga de Crimen y castigo. Se desarrolla en Madrid, Huesca y Barcelona. Una batalla perdida contra la mentira, se erigen las utopías, lo que favorece el desarrollo de programas de televisión, proyectos en el baúl de los recuerdos, argumentos de una película y certámenes públicos que ayudarán a descubrir la mentira del mundo de las finanzas y el juego.
Oculto al mundo como un proscrito, acabaría en este libro en el olvido en un pueblo de montaña, marginado en su casa como en un sepulcro, pues un falso juicio clandestino pondría en duda su verdad y la de la sociedad, a punto del suicidio, hecho que aprovecharían los enemigos de la corona para hacerse con él. El sepulcro era también una cuna, era el futuro de lo que tendría que ser un renacimiento y una continuidad todavía por escribirse en la cuarta parte de la saga, donde los principios son un final y los fines son también principios.