La poesía es un viaje de miradas y de reconciliación, un abrazo cariñoso para el niño que vive dentro, un camino para entenderse y para crecer, una búsqueda de la luz que ilumina los lados más oscuros del pensamiento. Paisajes de luz oblicua es un recorrido por los estados de la luz, un viaje que comienza al amanecer del mundo gris de las responsabilidades, transita junto al niño interior que se acurruca junto al alma, despliega la alegría en la mirada del hijo que nos recuerda lo más bello del paisaje, gira por los aprendizajes del amor y el desconcierto del desamor, tropieza con la muerte y la soledad, descansa entre los sueños y en los recuerdos lejanos traídos por el viento, se encoge en la añoranza, y al final descubre en su recorrido la luz más hermosa del mundo: la luz de la esperanza.