Transcurrían los últimos años del siglo XX. Tres jóvenes pashtunes tomaron una determinante decisión: abandonar a sus familias, su aldea sin nombre en el profundo y genuino Afganistán, donde la miseria les rodeaba constantemente y, por caminos polvorientos, se dirigieron en busca de un incierto futuro con la intención de encontrar trabajo allá donde lo hubiera. En su búsqueda, se vieron solos y no tardaron en involucrarse en trepidantes aventuras relacionadas con la fabricación de armas, enfrentamientos bélicos y el siempre peligroso tráfico de opio por las agrestes montañas del norte del país, actividades donde los muyahidines y los talibanes siempre estaban enfrentados por sus diferencias ideológicas.
Atrás dejaron una vida dura tanto para hombres y aún más para mujeres, siempre atadas a costumbres ancestrales que parecía que se habían detenido doscientos años atrás. Los acontecimientos a los que se enfrentarían los tres amigos pashtunes en el inhóspito país los llevarían a un final realmente inesperado.