¿Qué mueve a unas personas a dedicarse al narcotráfico? ¿Qué arrastra a un policía a entregarse en cuerpo y alma, anulando casi su vida privada, por luchar contra ese narcotráfico? En esta ocasión la acción se centra en Marruecos y diversas ciudades, principalmente Tánger, Kenitra y Casablanca, que se convierten en el escenario diario de sus actividades. DOMINGO INSÚA, conocido como DOGO, regresa a su Tánger natal, donde realiza su labor como agregado del Ministerio del Interior español. Poco a poco se va poniendo al día con los asuntos que quedaron dormidos en su ausencia. Con Monge, su compañero y amigo de la Brigada Central de Estupefacientes en Madrid, va centrando la atención en personajes españoles que aparecen en Marruecos. Sigue su relación con MIKEL, el traficante hispano gibraltareño que le sirve como cobertura, en ciertos momentos, en Marruecos, ante productores de hachich, donde trata DOGO de hacerse un hueco. La novela empieza escuchando la canción de Aute titulada Hafa Café, mientras Domingo conduce su coche de regreso a Tánger. Le habla de su ciudad. Aparecen personajes de todo tipo, traficantes gallegos y colombianos, camioneros, marineros, policías españoles y marroquíes, amigos del CNI. Cada uno tiene su vida, sus verdades y sus mentiras, las que sin darse cuenta les van envolviendo. Las circunstancias hacen que sus vidas se vayan cruzando y ahí, a pesar de ser tipos curtidos en sus luchas, empieza a aflorar la parte más humana de cada uno. Se juntan narcos gallegos, colombianos y marroquíes, y Domingo está entre ellos. Es un mundo de riesgo, adrenalina, juegos de vida y muerte, traiciones, cualquier cosa cabe. En esta novela aparece el componente femenino en el que Domingo busca apoyo e incluso parecen nacer ciertos sentimientos que tenía dejados de lado.