Alrededor de 1960, unos recién casados cambian completamente sus vidas. Nacidos entre las montañas y el mar, deciden emprender su vida en el gran Bilbao. La industrialización de la ciudad ayuda a que no les falte trabajo y tienen dos hijas. Con el paso del tiempo, el padre se convierte en alcohólico y muere de una cirrosis, y les deja con el cielo y la tierra por delante. Rosa, la mujer, aunque rota por la pérdida, echa para delante y hace lo que haga falta para sacar unas pesetas y que no les falte comida en casa.
Una de sus hijas es algo rebelde y la tiene preocupada; la otra es madura, la ayuda, y hay una carrera de Medicina por medio, con lo que hay que hacer milagros para afrontarla, pero se consigue finalmente.
Fiestas de Bilbao, feria de santo Tomás, santa Águeda, aurreskus, concursos de marmitako. Siempre apegados a las tradiciones y a sus raíces vascas, y fieles a la ikastola, dándole su importancia al euskera; y a Elorrio y Ondarroa.
Rosa, la ama, conoce a un hombre años después de enviudar, también vasco, de Arraiz, del que se enamora; un hombre maravilloso que las hace reír.
Talos, irrintzis, txosnas, el olentzero y mucho más entran dentro de sus vidas, incluso el perro pastor del Gorbea, la trikitixa y las guildas.
Finalmente, se casan, y Rosa y sus hijas viven una segunda vida… maravillosa.
Aparecen en esta obra también dichos típicos e importantes para un vasco.
Predomina el euskera en mi libro, ya que tengo que darle su sitio porque así lo considero, porque soy EUSKALDUN.