La trama se articula en torno al erotismo, al amor romántico y pasional, a la amistad, la admiración mutua, los poemas en ladino y al ajedrez (ambos protagonistas juegan un gambito de dama postal y presencial). Todo ello salpicado de pasajes ocasionalmente delirantes, humor a bocajarro; así como hondas reflexiones sobre la existencia.
Una brillante filóloga y un ingeniero se conocen en un vuelo a Tel Aviv. Ella trata de rescatar las últimas expresiones orales de la cultura sefardí, él diseña presas por Oriente Medio, mientras recupera su interés por la escritura. El Mediterráneo pone el marco a sus vibrantes encuentros y periodos de separación.
Desde el trenzado de palabras y expresiones elegidas, cuidadas y cultas, el autor persigue —y espera haber conseguido— hacer del lenguaje, de su disfrute, el verdadero protagonista de esta novela.