La ficción construida en este relato, referido a un pasado no muy lejano, no supone una mirada localista u ombliguista sobre situaciones y hechos que, probablemente, pueden resultar reconocibles por un sinnúmero de sujetos o grupos a lo largo y ancho de la aldea global, a los que el autor rinde sincero homenaje con el máximo afecto y respeto.El homenaje proviene, cómo no, de una posición subjetiva, de una manera de afrontar la vida en lo político y lo social muy cercana a la de los personajes que transitan por la novela, sin que ello suponga invalidar ninguna otra posición por contrapuesta que sea. No obstante, parece quedar claro en su desarrollo que, aceptando como necesaria la existencia del contrario, la confrontación, siempre dialéctica, tanto con el otro externo como con el interno, se muestra con vigor y sostiene de punta a cabo un sencillo relato de los avatares de un grupo humano, en un período histórico cargado de dificultades y retos para quienes, por suerte o por desgracia, no podían apartar a un costado su mirada lúcida sobre lo que estaban viviendo