Un anciano y adinerado comerciante aparece muerto en extrañas circunstancias en su domicilio de Benalmádena, Málaga. Semanas antes, unos jóvenes habían prendido fuego a un mendigo que se refugiaba en el cajero de una entidad bancaria. Dos muertes violentas, en apariencia sin ninguna conexión entre sí.
Lino Ortega, viejo y eficiente inspector de policía de la comisaría de Torremolinos, será el encargado de resolver un caso que se complica por momentos. A la lista de primeros sospechosos se van uniendo otros que parecen haber tenido motivos para asesinar al anciano y, sin embargo, todos ellos poseen sólidas coartadas.
Con la crisis económica como telón de fondo, el relato sigue dos hilos argumentales: por una parte, nos muestra las vicisitudes diarias de Ricardo, uno de los hijos de la víctima, sus complejos emocionales e implicación como testigo del homicidio del mendigo. La otra linea nos lleva al inspector Lino Ortega, sus problemas con el alcohol y su frustración como padre de un hijo, Carmelo, que desde hace tiempo no quiere saber nada de él.
Y, por toda la historia se mueve de forma inquietante, como una sombra, el mensajero negro de Snoikoff, dueño de un conocido puticlub de la Costa.
El ángel negro es una obra que sorprende gratamente por su bien estructurada trama. José Manuel Portero, con un estilo fluido, una prosa cuidada y el perfecto control del ritmo narrativo, consigue enganchar al lector desde la primera página y no le deja hasta el inesperado final. El ángel negro no es una novela policíaca más: se conjugan en ella el thriller y el retrato psicológico de unos personajes que van quedando desnudos a medida que el lector avanza en la lectura.