Un libro sobre las emociones y el acompañamiento emocional
Las emociones …
Probablemente nunca antes en la historia se ha prestado tanta atención a las emociones de las criaturas, un nuevo camino por el cual parece que a veces nos perdemos. Algunas personas defienden la disciplina y la autoridad, otras lo abordan desde en un laissez faire, un dejar hacer, en el cual las criaturas crecen sin los límites adecuados. Las dos posiciones, por muy contradictorias que parezcan, llegan al mismo sitio: niños/as desconectados/as del adulto, incapaces de conectar de una forma consciente con sus emociones; incapaces, por ejemplo, de conectar y permitir el enfado sin tener la necesidad de bloquearlo, o de desbordarse. Niños y niñas que se convierten en adultos/as que no pueden gestionar su enfado, y a su vez no lo pueden permitir en la criatura, o, al contrario, no lo pueden contener, y la criatura se pierde sin referencias de cómo expresarlo.
Miedo, alegría, tristeza y enfado, cuatro emociones básicas y cruciales en el proceso de crianza y educación. El autor explica de forma sencilla, pero concisa, la importancia del acompañamiento adecuado para que estas emociones (y sus variantes y combinaciones), se conviertan en elementos positivos que ayuden a las criaturas en sus procesos de crecimiento.
Ser felices no es más que ser conscientes del equilibrio interior.
No existen emociones negativas, ya que las emociones nos ayudan a equilibrarnos y ser conscientes de lo que necesitamos para superar las circunstancias que los provocan. Desde la dependencia absoluta, las criaturas poco a poco van conquistando su autonomía. Crucial en este proceso es la regulación emocional que viven a través del adulto cuidador. Para eso necesitan de adultos empáticos, capaces de permitir y acompañar la expresión emocional de los niños y las niñas.
Partiendo de la experiencia personal y profesional, con muchos ejemplos prácticos, el libro nos adentra en el mundo de las emociones en la crianza y educación.
La empatía del adulto cuidador permite a la criatura vivir momentos de sentir la plena aceptación.
Soy, y es suficiente.