El 15 de mayo de 2011, un movimiento ciudadano ¿espontáneo? ocupó las plazas y las calles de España para mostrar la indignación con la situación política del país, pedir el fin del bipartidismo PP/PSOE, promover una democracia más participativa y protestar contra la influencia de los bancos y las grandes empresas en la vida de los ciudadanos. El lema de la primera manifestación fue: «No somos mercancía en manos de políticos y banqueros».
A pesar de ser supuestamente un movimiento antisistema, el sistema los dejó acampar en la Puerta del Sol durante días con impunidad, y «casualmente» los desalojó justo después de las elecciones municipales de ese mismo año (al final, accedieron a levantar el campamento con la ¿excusa? de «expandirlo a los barrios»).
Del espíritu de aquel 15M nació un partido político: Podemos, que, con tan solo cinco años de actividad, logró en 2020 entrar a formar parte del Gobierno de España.
¿No es un poco raro que el todopoderoso establishment de poder que mantiene este sistema permita a unos supuestos antisistema llegar al gobierno con tanta facilidad?
Si el mensaje de los primeros días era que PP y PSOE eran lo mismo («PSOE y PP, la misma mierda es»), ¿cómo es posible que los supuestos antisistema y el principal partido del sistema en estos cuarenta años de democracia gobiernen juntos?
Si las grandes corporaciones bancarias privadas eran uno de los enemigos a batir, ¿cómo es posible que ahora el líder del supuesto partido antisistema dé charlas patrocinadas por el Banco Santander, que es el mayor banco privado de España?
Nada cuadra, ¿y saben por qué?
PORQUE TODO ES MENTIRA.