Celeridad se nos presenta a nosotros, los lectores, como un tríptico (“A contrarreloj”, “A pleno corazón” y “A contracorriente”), la primera parte: “A contrarreloj”, es un alegato a la vida, un transcurrir por los días tachados ya en el calendario, reflexiones relacionadas con tópicos literarios: “el tempus fugit”, “la soledad humana”, “la existencia vital”…
“A pleno corazón” –segunda parte del tríptico- es un conjunto de poemas amorosos, en los cuales el autor muestra su sensibilidad, sus sentimientos más íntimos, utilizando un verso exuberante, aterciopelado, con ribetes metafóricos que embelesan al lector.
La última parte de Celeridad -“A contracorriente”-, muestra a un poeta que se mira a sí mismo, que se interroga y siente que muere ante tanta injusticia.
Celeridad es una lectura necesaria para aquellos que deseamos cambiar la sociedad en la que vivimos, para aquellos que deseamos un mundo más justo, sincero y solidario, como es su autor.