Compartimos con vosotros nuestra charla con nuestro autor, José Satori por su obra: ‘Manhattan nunca brilla sin oscuridad‘
¿Qué hay de real en esta obra, Manhattan nunca brilla sin oscuridad, aparte del contexto en el que se desarrolla la trama? ¿Qué le llevo a escribir esta turbia y fascinante historia?
Esta novela está basada en un contexto histórico apasionante, en unos tiempos de profundos cambios, que sentaron muchas de las bases de nuestra futura modernidad.
El lector asiste a algunos acontecimientos relevantes de aquella época, con lugares y personajes totalmente reales, pero con nombres cambiados e insertados en una trama imaginaria.
Cómo he contestado en algunas otras entrevistas, creo que las historias nos llegan de forma repentina para darnos el placer de poder contarlas, y eso fue lo que ocurrió con Manhattan nunca brilla sin oscuridad; este relato y su contexto me atraparon, confiriéndome como escritor el privilegio de ser abducido por su embrujo y ser un mero transmisor de atmosferas, sentimientos y sueños.
En estos últimos tiempos, la humanidad se ha enfrentado a una repentina y profunda oscuridad, donde nos hemos visto obligados a buscar esa luz entre las sombras, que nos permita utilizarla como tabla de salvación ante la adversidad.
Todos los personajes del libro luchan contra una realidad a veces descarnada, pero con esa pureza de un corazón indomable que les ayuda a avanzar a pesar de todas las vicisitudes, subidas y bajadas a las que se van enfrentando.
En su obra, además de describir con un grado de detalle pasmoso los lugares en los que se desarrolla la acción, expone una gran cantidad de datos, historias y anécdotas sobre la ciudad de Nueva York en las primeras décadas del siglo XX. ¿Cómo fue el proceso de investigación y documentación para conseguir una ambientación tan extraordinaria?
Hace ya varios años llego a mis manos el libro de Herbert Asbury Gangs of New York; en sus páginas uno se sumergía en artículos periodísticos desde la última mitad del siglo XIX en Manhattan, desde las pequeñas bandas de criminales a los incipientes inicios del crimen organizado de principios del siglo XX. Aquel libro me llevo a interésame en ese mundo desarraigado y hostil, incrustado en prósperas ciudades que crecían a todo tren, pero con el carbón de esas grandes migraciones llenas de dramas personales.
Después fueron varios libros, como Lowlife de Luc Santé o Veinte mil años en Sing Sing, etc.… los que me siguieron abriendo esa mirada a un mundo de luces, pero también de sombras.
Cuando te enfrentas a una novela en clave como esta, que además está enclavada en la ciudad de las ciudades por antonomasia, esa con la que todos hemos crecido mediante el cine, te enfrentas a un doble desafío que te obliga a documentarte a conciencia con libros, artículos y entrevistas de diversas fuentes para poder tener rigor histórico y, por supuesto, personalidad propia en tu obra.
¿Por qué este título?
Porque el ser humano vive obsesionado con el éxito, con la luz. Nos lo venden a todas horas, nos lo meten en cada cartel, en cada canción, en cada comida, desde que apenas tenemos unos meses… Pero el ser humano no dista mucho de ese animal asustado en mitad de la cadena trófica que luchaba por sobrevivir en un mundo repleto de riesgos que te podían conducir rápidamente a la muerte… Ahora, esa adormidera del éxito en una sociedad virtual me resulta peligrosa, porque nadie es un triunfador o un perdedor en potencia durante toda su vida; todo forma parte de un proceso donde es imposible brillar si no has sufrido, si no te has caído y has creado de las ruinas de ti alguien más capaz, alguien más fuerte y a la vez sensible con el mundo.
Manhattan, como ese ser viviente, ese faro que muchas veces a alumbrado al mundo, no está exenta de esa oscuridad y de momentos realmente duros, que a la postrer la hicieron mucho más fuerte.
¿Cómo describiría la ciudad de Nueva York, y en especial, Manhattan, que, tras leer su obra, queda claro que conoce a la perfección?
Estuve en Manhattan en el año 2002 y, sin duda, es una ciudad que cautiva desde el principio. Los contrastes son impresionantes, y todo ese glamour de la 5ª avenida o Broadway choca de repente con barrios sin muchas oportunidades. En la capital del mundo, el género humano deja evidenciar sus luces, pero también sus sombras con solo atravesar una calle. Ese contraste tan marcado me llamó muchísimo la atención, también su mestizaje a veces caótico, pero con una seña de identidad única, porque neoyorkino es todo el que vive en Nueva York, da igual de donde venga.
El prologuista de su obra apunta, muy acertadamente, que usted, con este libro, ha escrito un blues. Y en efecto, da esa sensación al leerla. En numerosas ocasiones, al leerla, parece sonar de fondo algún tema improvisado de jazz o algún quejío de blues. ¿Lo percibe usted así?
La música es un personaje más dentro de la obra; Enrico Carusso, Robert Johnson con ese incipiente y maldito blues del Delta, el Cotton Club… Creó que la música es el mejor hilo conductor para contar historias, crear atmosferas, hacer sentir… Toda esta novela la he escrito con unos auriculares puestos, escuchando al bueno de Howlin Wolf, Sonny Boy Willianson, Ella Fitztgerald etc… Lo que me ha sumergido en aquel tiempo, llenando de acordes las aceras donde se vive esta trama, la cual no deja de ser un blues o esa canción triste de la que se saca una experiencia vital y a su vez te aleja del sendero del rebaño.
¿Cómo recomendaría Manhattan nunca brilla sin oscuridad a sus potenciales lectores?
Es una novela ágil, con la que se consigue conectar con el lector desde el primer capítulo, con una trama potente y circular y con unos personajes poliédricos que no dejan de girar alrededor de una ciudad llena de luces y sombras.
El contexto histórico aporta mucha consistencia al relato, porque no deja de entremezclarse con la acción, encontrando una yuxtaposición entre ese cambalache de vidas al filo del bien y del mal, donde nadie parece estar libre de culpa, y su pequeño pedazo de gloria.
¿En qué género clasificaría Manhattan nunca brilla sin oscuridad? ¿Se atrevería con otro género literario?
Es una novela corta escrita en clave, muy al estilo de la novela negra, pero con un trasfondo con el que entro en el plano psicológico de los personajes y donde ofrezco esa ventana que creo que compartir con el lector. Una mirada frente al espejo de una vida a veces implacable, pero donde siempre vuelve a brillar el sol.
A la cuestión de si me atrevería con otro género, por supuesto que sí… De hecho, mi anterior libro, Vivir en Mí, es un libro de poemas. Somos demasiadas cosas a la vez, somos pasión, somos viento… Yo disfruto viendo un atardecer, haciendo un sparring de boxeo, escuchando Chopin o asistiendo a un festival de música electrónica; creo que todo lo que en esta vida hagamos realmente con ganas, siguiendo nuestros propios dictados, merece la pena.
¿Algún proyecto en ciernes?
Los proyectos, te encuentran ellos a ti y te enamoran. Ahora me estoy nutriendo, buscando información, escuchando música, leyendo libros, disfrutando del camino
¿Cuáles son tus principales influencias literarias, filosóficas y artísticas?
Son tantos y tan diversos que me resulta muy difícil contestar a esta cuestión, pero en mi sed de rebeldía me han fascinado Bukowski o Dylan Thomas en poesía. Al igual que Nietzsche o Albert Camus me ofrecen esa otra mirada filosófica a las raíces del pensamiento humano. Cuando he buscado ir a otra fuente de sabiduría con historia me he refugiado en Hesse, cómo un Siddhartha o Lobo estepario, o en el bueno de Mark Rowlands.
Soy de esa generación X que ha crecido leyendo comics, viviendo el underground madrileño de los 90; mi cultura está en las calles, en la gente, en la música… (No la de la radio), en los dibujos de Moebius y los textos Jodorowski, en las madrugadas que se juntaban con el día, en aquellos mundos que me mostraba Orwell en 1984 o Huxley en Un mundo feliz. Alucinando con el talento de Loriga o Lucia Etxebarria, pero también alternando con García Márquez o Neruda, volando a la sombra del viento con Zafón el gran creador de atmosferas, escuchando a Chopín o buscando el as escondido en mi manga por Lemmy de Motorhead, sin encasillarme, sin «postureos», en aquel mundo sin instagram, pero joder autentico de verdad…
¿Ha recibido ya algún feedback de los primeros lectores?
La novela está gustando y desplegando el poder de la literatura, entreteniendo y sumergiendo al lector en la historia, despertando su emoción y curiosidad a partes iguales.
¿Quién es?
José Satori, Madrid, 1974
Escritor siempre interesado por los temas fronterizos o de extrarradio y más comprometido por el contenido que por las formas almidonadas de lo éticamente correcto.
Es camaleónico como su propia vida y obra, no teniendo miedo a enfrascarse en diferentes proyectos, ya sea poesía, prosa o algo tan dispar como profesor de kick boxing y musculación, su profesión habitual durante los últimos doce años, la que imparte como copropietario en el gimnasio Nirvana Gym Strong, en la localidad Malagueña del Rincón de la Victoria.
Durante un viaje inesperado a Manhattan hace bastante tiempo, comenzó a interesarse por la luz y las sombras de aquella impresionante ciudad, quedando prendado por ese crisol de culturas, matizado por un cambalache de marcados contrastes.
El autor intenta adentrarse en la barrera de esos mundos entrelazados de la fama y los bajos fondos de principios del siglo XX, donde ninguno de los personajes está exento de un cegador brillo y de grandes dosis de oscuridad.
Todos los escenarios, lugares y acontecimientos históricos de esta obra son reales, al igual que muchos de los personajes que existieron en el tiempo y en el espacio del devenir de la historia, pero con nombres cambiados para preservar su identidad.
El personaje principal, en cambio, es imaginario y no tiene nombre, así lo quiso desde el primer momento el autor, prefiriendo no etiquetar ni poner coto a esa sensación de desapego y dotando de un inconfundible halo de misterio al protagonista, fiel descendiente de la omnipresente ciudad, donde cualquiera puede ser muchas cosas y a la vez ninguna…