En el libro se recopila y resume los historiales de los navíos de línea de la Armada española que estuvieron en servicio en el siglo XVIII, y algunos permanecieron en activo hasta mediados del siglo XIX. Estos navíos, con sus oficiales y tripulaciones, fueron protagonistas de la historia naval española en este periodo. Se inicia la centuria con una Marina casi desaparecida a la que le faltan buques y una red administrativa eficaz. La labor de buenos administradores, marinos profesionales, ingenieros, trabajadores de arsenales, convirtieron a finales del XVIII a la Real Armada española en la segunda Marina de guerra más importante de la época en cuanto al número de buques y su perfeccionamiento técnico.
Las derrotas frente a la Marina británica de Cabo San Vicente (1797) y Trafalgar (1805) han creado una falsa percepción de ineficacia y de derrotas continuadas, bastante alejada de la realidad. En un contexto de guerras y rivalidades por el control del comercio mundial, los navíos de la Real Armada, presentes en todos los mares del mundo, realizaron una actividad incesante, enfrentándose en inferioridad a su eterna enemiga, la Royal Navy, y a numerosas Marinas, piratas, corsarios y contrabandistas, logrando aumentar sus posesiones y el comercio en todos los mares. No fue hasta la última década del siglo que comenzó la decadencia de la Real Armada por el mal gobierno y sobredimensión, un gigante con pies de barro. Entre medias, una historia fascinante de combates, escoltas de convoyes, flotas, campañas, bombardeos, desembarcos, exploraciones, motines…