Cuando Martín Barriuso, el Papamoscas, consigue la condicional, solo piensa en aprovechar al máximo su libertad, hacer dinero y vengarse de los miembros de su banda que vivieron su vida mientras él se comía a pulso catorce años enchironado.
De todos menos del Gallego, que apareció calcinado junto a unas vías del tren mientras Martín disfrutaba de un permiso penitenciario. Pero el regreso a su barrio y a las caras de siempre sacudirán el mundo hostil e implacable que ha planificado durante tantos años a la sombra. El Papamoscas volverá a los bares de su juventud, a reencontrarse con su familia rota y con una Sandra que ha logrado salir de la heroína, con dos ideas fijas: vengarse y recuperar los años perdidos.
Y para lograr ese dinero que le garantice la jubilación está dispuesto a todo: trabajos de protección, vuelcos a narcotraficantes o alunizajes. Y no dudará en tirar de los contactos que se ha granjeado en la cárcel. Una narración en la estela de clásicos de la novela negra norteamericana como Edward Bunker y Charles Willeford, que presenta a un personaje que debe adaptarse a un mundo diferente del que conoció en los años ochenta y noventa.