El lado bello de las bestias.
Robert y Sarah han luchado con uñas y dientes por la libertad que les arrebataron de un día para otro, pero ya ni siquiera su amor puede competir con las consecuencias de estar en medio de una guerra de mafias. El mundo de los Lekker se ha convertido en un bucle de miedo, odio e impotencia. Robert debe reconciliarse con sus propios demonios, pues le ha quedado claro que batallar consigo mismo solo le ralentiza y entorpece, por no hablar del daño que causa a las personas que más quiere. Sarah, por otro lado, ya está cansada de ser una víctima y soportar injusticias. Está más que dispuesta a convertirse en el verdugo, en una versión de sí misma que no conozca de límites para ponerse a la altura de los enemigos. La lucha entre los hermanos Cooley se alarga y cada vez es más agotadora, resulta una ardua tarea mantenerse en los cabales dadas las circunstancias. Los Lekker tienen que aferrarse a una esperanza que cada vez se torna más lejana, aunque, por mucho que estén tentados a tirar la toalla, nunca es tarde para vislumbrar la belleza de algunas bestias.