El mayor tesoro que uno puede encontrar es encontrarse a sí mismo.
Sin embargo, se puede ir de aquí para allá, de fuera a dentro y de dentro a fuera sin que la búsqueda sea fructífera.
Para conseguir cualquier tesoro, se necesita el mapa del mismo, pues El sendero del yoga es precisamente este mapa.
El conocimiento en primer lugar y, en segundo, hacerse dueño paulatinamente de los cuerpos que nos conforman, desde el más denso al más sutil, son, por así decirlo, paradas que hay que efectuar en cada uno de estos campamentos base, para poder continuar hasta la cumbre.
Por el sendero del yoga caminamos todos sin excepción, pero se puede caminar consciente o inconscientemente. Cuando se hace inconscientemente, tienen que intervenir las leyes naturales para que la humanidad no se desvíe del camino, y el mecanismo que utilizan para ello es el sufrimiento. Todo aquello que nos aparta del sendero nos hará sufrir, para que reaccionemos y abandonemos esa dirección que es contraria a la evolución. Cuando caminamos conscientemente, a través de las herramientas que nos ofrece el yoga, deja de ser necesario el sufrimiento.
Tú puedes elegir cómo caminar