A lo largo de todo el tiempo que nos toca vivir, nos encontramos con todo tipo de asuntos. Algunas veces consideramos que son problemas lo que en realidad podrían ser lecciones creadas por nosotros mismos para nuestro propio beneficio, solo que no pensamos en ello y clamamos al cielo en busca de una ayuda que nunca llega. «¡Estamos dejados de la mano de Dios!», nos decimos sin ningún rubor y no nos damos cuenta de que todo lo que nos ocurre es porque no pensamos de qué materia estamos hechos. Si profundizas un poco en las páginas de este libro, te darás cuenta de que somos o, mejor dicho, podemos llegar a ser como polvo de estrellas en suspensión, que tiene el poder de iluminar todo lo que toca y de hacer reconocer que todo un universo está plegado en el interior de cada uno de nosotros.
Encontrarás poemas entremezclados con relatos cuyas vivencias personales me hicieron comprender que por el mero hecho de nuestra voluntad todos somos capaces de crear aquel estilo de vida que tanto y tanto anhelamos y por ende ayudar a otros a entender todo este potencial que nos une. Compuesto de materia y espíritu, el humano es mucho más que huesos y piel, y si bien disponemos de libre albedrío para decidir también, deberíamos de pensar en el motivo por el que no se nos da aquello que necesitamos. ¿Será acaso porque estamos demasiado entretenidos con los acontecimientos mundanos? Sean pues bienvenidos a este nuevo camino. Hay piedras de canto, pero cuando se trasciende todo el dolor que pueden causar, nunca más se desea volver a lo que antes llamábamos vida.