Mi padre, Antonio Martínez Torres, nació en 1938 en la pedanía moratallera de El Sabinar. Nunca fue a la escuela, pero nunca se quedó atrás. Ha sido siempre para nosotros un ejemplo de superación constante y de generosidad sin límites. Sus oficios han sido muchos a lo largo de la vida y siempre los desempeñó poniendo su alma en ellos… Pero, entre todos, la apicultura llegó a ser su verdadera pasión. Este libro, que él considera humilde, representa para nosotros un auténtico tesoro; no solo porque es un documento autobiográfico, de enorme valor para generaciones posteriores de nuestra familia, sino porque una vez más nos ha vuelto a dar ejemplo de superación. El libro que tenéis en vuestras manos retrata una España, a través del sentimiento de sus vivencias, con la que miles de españoles pueden, fácilmente, verse identificados. Cuando lo leáis, recordad que estáis leyendo el relato de un hombre casi analfabeto, que ha sido capaz de superar sus barreras para crear esta joya.
Mariana Martínez García