No hay nada más inquietante que observar como un forastero, que presta una atención inusitada, nos ha diseccionado por cualquier hecho o gesto.
De la literatura y las pequeñas cosas pretende tomar la posición de ese exiliado, de ese extranjero que con pequeños destellos desvela el misterio de la vida y la obra de un autor. Hechos que pudieron parecer insignificantes, pero que ahora, con el paso del tiempo, nos ayudan a comprender la vida y la forma de ser de algunos de estos intelectuales comprometidos con la escritura, con las letras y con su tiempo. O quizá no tanto. Puede que, ahora que los escrutados son ellos, no todo resulte tan idílico, ni que sus escritos nos parezcan tan comprometidos como nos dijeron ni que sus hechos en la vida real coincidan tan claramente con las ideas que expresaron en sus libros.