La secuela de No os lo vais a creer no podía ser contada de otra forma que a través de lo posteriormente vivido por Luc.
Luc, el hijo de Pep Lunà, tenía su vida marcada por extraordinarios acontecimientos. Algunos le dejaron profundas cicatrices en el alma, pero otros le hicieron vivir momentos inolvidables.
Ahora se encontraba que debía afrontar el último tramo de su vida solo, completamente solo. Eso era una gran novedad para él, y no estaba seguro de poder enfrentarse a ello. Sobre todo, en este mundo que ahora le tocaba vivir, la soledad podía ser una de las mayores desgracias.
Todo esto le había marcado severamente su vida. Pero él era una persona luchadora, alguien que no acostumbra a rendirse por nada, que siempre le sacaba el lado positivo de las cosas. Así que no se resignaba a ello y se empecinó en la búsqueda de soluciones.
Aunque la vuelta de su amigo Shi Shen le depararía enormes sorpresas, esta será una gran ayuda para a enderezar su vida.