¿De qué hablan los demás? ¿Qué piensan los desconocidos? ¿De qué discuten? ¿Qué les preocupa? ¿Lo mismo que a mí y a los míos?
Nuestro protagonista lo sabe. Sube todas las mañanas al autobús 39, se sienta y escucha. Escucha conversaciones, confidencias, discusiones, debates, emociones, convicciones, dudas, cotilleos, tristezas, alegrías, desgracias, inquietudes, pequeñas filosofías de vida… y luego nos las cuenta.
Un día son jóvenes, otro mayores, hombres, mujeres, niños, amas de casa, profesionales, políticos, monjas, voluntarios, extranjeros, ricos, pobres, marginales, delincuentes, padres, madres, abuelos, viajeros, optimistas, pesimistas, escépticos, alegres, desesperados, viajeros…
Cada día recoge una charla, siempre breve, a veces polémica, a veces superficial, otras profunda, curiosa…, pero siempre entretenida, o interesante, sorprendente, divertida o controvertida.
El lector no podrá aguantarse sin participar. Asentirá, discrepará, sonreirá… o incluso se quedará pensativo. Hay tantas vidas interesantes, curiosas, desconocidas y lejanas, que a veces solo podemos descubrirlas en un autobús.
En el 39 hay que sentarse y escuchar relajadamente, sin prisa; los autobuses no permiten grandes velocidades.
«¡Cuánta sensibilidad y sentido del humor!». MR, experta literaria
«Entretenidas píldoras filosóficas». MC, empresario