Charlamos con Marta Perea Peinador, autora de la obra Silencios de mujer, publicada recientemente por Editorial Círculo Rojo.
¿Hay algo de real en Silencios de mujer? ¿Existen Alicia y Valentina? ¿Y Laura…?
Es una novela de ficción, pero ningún escritor vive al margen de la realidad. Todos tenemos una experiencia vital y hemos recorrido un camino.
Las protagonistas son mujeres MUY REALES. Como lo soy yo y como lo son todas las mujeres que siempre me han rodeado. Mujeres que han guardado muchos silencios y a los que la novela pretende poner voz.
Yo misma he pasado mucho tiempo observando la vida y ahora he decidido escribir y romper con los estereotipos establecidos. Me he atrevido a soñar y quiero invitar a los/as lectores/as a perderse entre las páginas de Silencios de mujer porque son unas historias entretenidas, cercanas y que, en alguna ocasión, llegan a emocionarte.
Valentina, Alicia y Laura son tres amigas muy diferentes, provienen de mundos muy distintos y todas ellas tienen que tomar decisiones difíciles que cambian sus vidas. Vicenta es el apoyo incondicional de las tres con su comprensión, su fortaleza y su saber estar. Ella es: muchas mujeres de las que he conocido (mis abuelas, mis tías, mi madre, mi suegra…) y también la mujer que un día me gustaría ser.
¿Le ha servido de catarsis escribir esta obra? ¿Qué le llevó a escribirla?
Catarsis es una palabra muy contundente. La verdad es que no pretendía purificar ni liberar mis recuerdos, pero sí quería emocionar y tocar almas.
Quería generar reflexión y opinión en el/la lector/a simplemente poniendo sobre la mesa ciertos temas de actualidad algo controvertidos y que generan polémica en la sociedad. Algunos de ellos pueden levantar alguna ampolla porque toca de lleno la moralidad. Yo soy la primera que no me atrevo a hablar con naturalidad de ciertos temas en público y como escribir siempre me ha gustado, me lancé y aquí estoy con Silencios de mujer.
Me motivó el hecho de hablar sobre temas que habitualmente se silencian y que parece que todos queremos ignorar. No sé si lo hacemos por vergüenza, en algunos casos, o por miedo a ser juzgados, en otros, o porque preferimos sentirnos socialmente aceptados.
Yo he llegado a un momento de mi vida en el que quiero disfrutar haciendo lo que me gusta y precisamente lo que me gusta es escribir novela con un profundo contenido humano y «realista», con el que los/as lectores/as se sientan identificados con alguna de las tramas y con los personajes.
¿Por qué decidió que no apareciese el nombre de ningún personaje masculino?
Es una novela con protagonistas femeninas. Quería ensalzar el papel de la mujer en sus distintas dimensiones: en la maternidad, como amiga, como amante, como compañera… Me parecía conveniente dedicar un tiempo y un espacio (mi novela) solo para las mujeres; para recoger sus pensamientos, sus miedos, sus secretos, sus dificultades.
Ser mujer no es sencillo. Nunca lo ha sido y sigue sin serlo. Somos un montón de cosas a la vez: esposas, madres, profesionales… e intentamos conciliar todas nuestras facetas como buenamente podemos y, en ocasiones, arrastrando nuestros complejos, nuestras inseguridades… nuestro pasado. Lo hacemos lo mejor que podemos, pero siempre parece que tengamos que estar demostrando lo estupendas que somos y que llegamos a cubrir las necesidades de todos/as los que nos necesitan. Somos juzgadas constantemente y eso me molesta.
A mí me encanta ser mujer, pero me encanta la mujer que soy ahora; con todos mis defectillos. He aprendido a amarme tal cual soy, pero me ha costado media vida aprenderlo.
En mi vida hay hombres maravillosos, pero me pareció que mis protagonistas tenían que recorrer su camino solas para llegar a su autoconocimiento, a quererse a ellas mismas y a aceptar sus decisiones. Por eso no hay nombres masculinos.
¿Cómo recomendaría Silencios de mujer a sus potenciales lectores? ¿A qué público está dirigida la obra?
Es una novela que emociona, que te hace identificarte con los personajes porque son muy reales y que la devoras en pocos días quedándote con ganas de segunda parte, según me dicen. Además, gusta muchísimo el paseo por Madrid y por Alicante y las descripciones de ambas ciudades que para mí son tan importantes.
Está gustando bastante y eso me hace sentir una ilusión inmensa porque los sentimientos que intentaba plasmar cuando escribía han traspasado las páginas y como escritora no se puede pedir más. Algunos trozos los escribí sonriendo y otros llorando.
Tengo un público mayoritariamente femenino que yo pensaba que se situaría en mujeres con una franja de edad similar a la mía, pero me he sorprendido muchísimo con todos los mensajes que voy recibiendo. Lo leen chicas desde los dieciocho años hasta mujeres de setenta y tantos.
Quiero decir que el primer lector fue un hombre y se emocionó con la lectura de Silencios de mujer. Le mandé mi novela porque valoro su opinión y porque quería saber si le gustaría al público masculino. Después de él lo han leído bastantes hombres a los que les gusta la agilidad con la que está escrito y la forma en la que se cuentan las diferentes historias de mujeres.
También tiene un punto picante que hace de contrapeso de los asuntos más profundos.
¿Algún proyecto en ciernes?
Estoy por la mitad de mi siguiente novela. También se trata de protagonistas femeninas y también son reales, cercanas… mujeres como cualquiera de nosotras.
Tiene un fondo social y humano y es una novela con un contexto histórico marcado y sobre el que estoy documentándome.
Espero que se pueda leer para 2023 y creo que va a gustar aún más que Silencios de mujer.
¿Cuáles son sus principales influencias literarias, filosóficas y artísticas…de otro tipo?
He leído muchísimo y de autores muy variados y diferentes. Me parece mal nombrar alguno porque me dejaría a tantos y tantos…, pero a bote pronto diría: Unamuno, Delibes, Gabriel García Márquez, José Luis Sampedro, Barbara Wood, Isabel Allende, Carmen Posadas, Ken Follett, Noah Gordon, Antonio Gala, Almudena Grandes, Tolstói, Dostoyevski, Cela, Saramago, Julia Navarro… y muchos que me dejo en el tintero. Pido disculpas.
Tengo una formación jurídica y humanística y eso ha influido en mi forma de ser y pensar. También he leído a muchos juristas y filósofos… desde los clásicos hasta los contemporáneos. Por eso, siempre me debato entre mi pensamiento analítico-crítico y mi sentido artístico. Eso hace que me apasione la música (jazz, ópera, clásica… y también moderna), el teatro, el ballet, viajar…
Creo que en mi forma de escribir también estoy condicionada por mi profesión: profesora de Historia de Secundaria y Bachiller. He desarrollado con los años unas habilidades muy humanas y cercanas, al estar tan en contacto con la realidad que nos rodea y con las necesidades de los adolescentes que están en un período de constante cambio.
También ser madre de acogida desde hace casi cuatro años ha influido en mi forma de ver la vida y de valorar las cosas. Ya tenía dos hijos biológicos y ser madre de familia numerosa me hace sumar cada día.
¿Ha recibido ya algún feedback de los primeros lectores?
Recibo bastantes mensajes muy emotivos de lectores/as cercanos, pero también leo en Amazon y Casa del Libro las reseñas que van realizando los/las que leen mi novela.
A todos/as tengo que mandar mi más profundo agradecimiento porque nunca pensé que fuera a llegar a tantos/as y que las opiniones serían tan positivas.
Eso me anima a seguir escribiendo con mucha ilusión porque, aunque el mundo literario es difícil creo que aún tengo mucho que decir.
¿Quién es?
Marta Perea Peinador
Nace el 21 de marzo de 1976 en la calle O’Donnell de Madrid. Alicantina de residencia desde 2006 y enamorada de su Madrid natal, al que no olvida volver para disfrutar perdiéndose por sus calles, parques y museos. Se licenció en Derecho en la Universidad Carlos III, pero después cambió el rumbo de su vida y continuó su formación en Humanidades. Actualmente, es profesora de Geografía e Historia, de ESO y Bachillerato, profesión que desarrolla con pasión. Su familia es su motor más poderoso. Es madre de acogida.
Defensora de la cultura del esfuerzo y de la necesidad de descubrir nuestra «razón de ser» en el mundo. Le apasiona viajar y cocinar. Le encanta perderse en la naturaleza para reconectar. Siempre ha tenido talento para contar historias y ahora por fin nace su primera novela, Silencios de mujer, una historia de ficción con un trasfondo social y humano que pretende «tocar» almas.