1940, postguerra en Galicia. Jacinto Castro vive su juventud en la escasez y miseria a la que la situación general, unida a su condición de hijo de republicano, ha llevado al hogar en que su madre, viuda con cinco hijos, trata de sacar adelante a su familia. En su afán de contribuir a mejorar su situación, se colará en el mundo del mercado negro del wolframio, cuyo mineral se extrae en las minas gallegas, para su exportación a la Alemania nazi. Será precisamente ahí, en la clandestinidad de su oficio, donde tendrá ocasión de conocer a quienes lo reclutarán, como agente secreto, para la causa antifascista.
En la primavera de 1944, requerido por los servicios de inteligencia británicos, viajará a Normandía para informar sobre las instalaciones defensivas alemanas en la costa, cuando ya se está gestando el desembarco que supondrá el punto de inflexión en la evolución de la guerra en Europa.
Traicionar la confianza de sus amigos resultará inevitable.