Ana Isabel Chas nació en Palma de Mallorca un 7 de diciembre de 1974.
Hija única, de padre coruñés y madre almeriense.
Su vida dio un giro radical cuando le diagnosticaron una enfermedad: Endometriosis.
Tras muchos años de sufrimiento, cuando se sintió mejor y tuvo un tratamiento que la iba a ayudar a llevar una vida normal sin dolor, se encendió una chispa en su interior. De repente algo comenzó a gestarse en lo más hondo de su ser y el cuento que hoy en día tenéis es fruto de un sueño que tuvo hace años que le indicaría más adelante su renacimiento personal.
Cuando tuvo ese sueño aún no había sido diagnosticada de su enfermedad y en aquel momento no pudo comprender su significado, pero ahora está segura que ese sueño la iba a dirigir hacia lo que necesitaba para lograr su crecimiento como mujer.
Ana Isabel no tuvo hijos, pero en ese sueño daba a luz a una hermosa niña. Lo que más destacaba en ese bebé era su poderosa mirada. Una mirada hacia un futuro que más tarde entendería. Los ojos son el espejo del alma y así intentaba esa mirada mostrarle el camino.
Ahora sabe que esa niña no era su hija, sino ella misma.
Ha escrito su historia personal a través de su propia niña interior que no la ha dejado sola en ningún momento. Ha vuelto a nacer con una mirada diferente y una inmensa alegría. Ha sanado heridas y se ha hecho más fuerte.
Los sueños no deberían ignorarse porque sería como arrancar capítulos de nuestra vida.
Ana Isabel ha descubierto que la escritura la ha liberado, le ha devuelto la ilusión y las ganas de seguir adelante. También ha descubierto que su enfermedad la ha transformado como persona, han sido 28 años de lucha hasta recibir un diagnóstico, no ha sido fácil, pero ha querido transmitir en forma de cuento la importancia de informar desde la infancia que si algo duele mucho no hay que aguantar porque puede ser importante y se debe prestar atención.