Andaba el verano de 1980, en una localidad de la Costa Brava en el
bajo Ampurdán, concretamente Palafrugell, cuando nació el protagonista
de esta historia o, podemos decir, de esta vida. Nací el 25
de julio de 1980 en un pequeño hospital de monjas, por curiosidad
os diré que en este pueblo nació también el gran escritor Josep Pla.
Por cierto, justamente en la parte de atrás del lugar donde estaba
este hospital había y sigue habiendo un parque dedicado al escritor
con un busto que da un poco de miedo, pero esto es cosa mía, que
nadie se me enfade.
Yo viví en un barrio a las afueras de la localidad, rodeado de bosque
y donde abundaban las familias emigrantes, sobre todo de Andalucía.
En verano jugábamos hasta altas horas de la noche sin maldad,
al escondite, a la botella, a la peste alta y a múltiples juegos
de antaño, hasta que tu madre se metía para casa después de estar
sentada en su silla en la puerta de la vecina de charla. «Manuel, tira
para dentro…». Ese momento era el más dramático, supongo que
los millennials tenéis esa sensación cuando se va la señal del wifi.